Notre Dame reabre sus puertas cinco años después: "Es la metáfora feliz de lo que debe ser una nación y el mundo"
El arzobispo de París, Laurent Ulrich, ha sido el encargado de abrir simbólicamente las puertas de Notre Dame.
El arzobispo de París, Laurent Ulrich, ha reabierto oficialmente la catedral de Notre Dame este sábado, tras el incendio que la dejó parcialmente destruida el 15 de abril de 2019, con un rito que ha consistido en llamar solemnemente a las puertas golpeando con su cruz y esperar la respuesta del templo gótico, que ha sido entonada por los coros en su interior, antes de cruzar el umbral.
"¡Notre Dame, abre tus puertas!", ha repetido tres veces el arzobispo de París, ante el umbral de la catedral. Así ha quedado oficialmente reinaugurada.
Mientras, los cantores de Notre Dame han pronunciado el salmo 121 de la Biblia —"A las montañas levanto mis ojos; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y la tierra"— cada una de las tres veces que el arzobispo ha pedido a Notre Dame que abriera sus puertas.
La ceremonia ha comenzado con el tañido de las campanas de la catedral, y han asistido decenas de dirigentes de todo el mundo, como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Jill Biden; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni o el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Mientras, algunos de los asistentes se hacían fotos con el multimillonario empresario Elon Musk, también presente en esta ceremonia en la que ha habido una nutrida representación de la realeza europea, como el príncipe Guillermo de Gales o los reyes de Bélgica, Felipe y Matilda.
Ya con todos los invitados dentro, la señal del comienzo de la ceremonia ha venido de las campanas, que Macron, su esposa y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, han escuchado en pie ante la fachada. A continuación el arzobispo de París, acompañado de otros clérigos, ha hecho una breve procesión con la cruz de madera con la que ha golpeado a las puertas (hecha con madera recuperada de las ruinas del incendio). Todo ello vestido con una capa con colores verde, rojo, amarillo y azul, cada uno con un significado litúrgico especial.
Tras abrir las puertas se ha dirigido a la pila con el agua bendita antes de volver al exterior para invitar a entrar a Macron, a la primera dama francesa y a la alcaldesa parisina. Con eso ha dado comienzo la siguiente etapa de la ceremonia, que inicialmente debía haber sido la primera y realizarse en la explanada exterior, con un carácter más político. En esta parte Macron ha pronunciado un discurso antes de volver a ceder la batuta al arzobispo Ulrich.
Macron: "Es la metáfora feliz de lo que debe ser una nación y el mundo"
"Hemos descubierto lo que las grandes naciones pueden hacer, realizar lo imposible", ha dicho el presidente francés en su discurso. Se refería así a la promesa de reinaugurar el emblemático templo en tan solo cinco años y medio, y devolverle todo su esplendor. "Esta catedral es también la metáfora feliz de lo que debe ser una nación y el mundo", ha subrayado Macron.
El mandatario ha aprovechado para destacar el esfuerzo de quienes contribuyeron a salvarla de las llamas y de todos los que ayudaron después a reconstruirla. El fuego ha puesto en evidencia que "nuestras catedrales son mortales" y que solo la "voluntad" y la "fraternidad" han permitido que sus campanas suenen de nuevo, y que la desaparecida aguja de Notre Dame vuelva a alzarse, recreada, hacia el cielo de París.
Macron ha recordado que la catedral de París ha tenido un papel protagonista a lo largo de la historia —de la mano de Napoleón o de Enrique IV— y también el arte o la literatura, por ejemplo con el retrato que hizo de ella el escritor Victor Hugo.
También se ha proyectado en el interior del templo un vídeo sobre el incendio y la titánica reconstrucción posterior. Esas imágenes han dado paso a un emocionante homenaje a los bomberos que salvaron la catedral de las llamas. Más de 150 de ellos han aparecido entonces en la nave con sus uniformes rojos en medio de un gran aplauso mientras en la fachada iluminada se proyectaba un gigantesco merci (gracias).
Una vez terminado el discurso de Macron, ha vuelto a tomar la batuta el arzobispo Ulrich para proseguir con los pasajes más litúrgicos y religiosos de la ceremonia de reapertura, incluida la lectura de un mensaje del papa Francisco.
"Notre Dame pronto volverá a ser visitada y admirada por una inmensa multitud de personas de todas las condiciones, orígenes, religiones, lenguas y culturas, muchas de ellas en busca de absolutos y sentido a sus vidas. Las puertas estarán abiertas de par en par para ellos", ha dicho el papa, que espera que se les acogerá "con generosidad y libertad, como hermanos y hermanas".